Collin*
Eve tiró a Collin hacia atrás mientras la batalla se desataba frente a ellas.
Corrieron hacia el templo, donde varias personas ya se habían reunido, los rostros dominados por el miedo.
"¡Tenemos que reunir a los demás!", jadeó Collin, el pecho subiendo y bajando. "¡Si no hacemos algo, van a destruir Montaña de Plata!"
Espió por la puerta entreabierta. Los lupinos de Maden habían tomado la aldea. Era una masacre.
Damon entró de repente, aún en su forma humana. Su mirada recorrió el templo hasta encontrar a Eve.
"Gracias a los dioses, están aquí." Su voz estaba cargada de tensión.
"¡Damon, ve a ayudarlos!", ordenó Collin, la urgencia palpitando en su voz.
Pero el macho negó con la cabeza.
"Liam me dio órdenes. Mi deber es sacar a todos de aquí lo antes posible."
Collin se quedó inmóvil.
"¿Qué? Pero… ¿y la aldea?"
Damon la miró, la mirada sombría.
"La aldea no es más que un montón de casas, Collin. Lo que importa son los lupinos."
Las palabras de él pesaron sobre ella como un gol