Collin despertó sintiendo el calor del cuerpo masculino a su alrededor. Su cuerpo aún estaba dolorido, sensible, como si cada parte de ella recordara lo que había sucedido la noche anterior.
Sonrió, una sonrisa pequeña, privada. Se movió para levantarse, pero antes siquiera de intentar salir de la cama, sintió los brazos de él apretarse a su alrededor.
"¿Adónde crees que vas?" La voz ronca de sueño vibraba contra su piel.
Ella rio bajito.
"Tomar un baño. Tal vez un café."
respondió, sabiendo muy bien que él no la soltaría tan fácil.
Liam deslizó una de las manos por su cintura, bajando hasta las caderas y apretándolas con posesividad.
"¿Y si no te dejo salir de la cama?" murmuró, la voz cargada de deseo, los labios rozando contra su cuello.
Collin se estremeció, intentando mantener un mínimo de control.
"Entonces… tendré que huir."
Liam soltó una risa baja, un sonido peligroso. Sus manos siguieron el contorno del cuerpo de ella, deteniéndose sobre su trasero antes de apretarlo con fu