Damon*
La casa de Damon era más grande de lo que Eve imaginaba. No era lujosa, pero sí organizada de una forma casi meticulosa. La gran ventana del salón dejaba entrar la luz, y aun así, el lugar se sentía sombrío.
Ella se detuvo en medio de la habitación, abrazándose a sí misma.
Damon cerró la puerta detrás de él y la observó en silencio. Luego, sin decir nada, hizo un gesto con la cabeza.
"Ven."
Eve lo siguió por el pasillo estrecho hasta una habitación pequeña. No tenía nada de especial. Entró con cautela, observando cada detalle, como si intentara asimilar el hecho de que ahora ese sería su hogar.
"Es tan... ordenado."
"No me gusta el desorden." Su voz era baja, pero cargada de una dureza contenida.
Eve desvió la mirada mientras él dejaba sus maletas en el suelo.
"Puedes dormir aquí. La cama es pequeña, pero... intentaré construir una más grande antes de que nazca el cachorro."
Ella asintió despacio, observándolo.
Damon se pasó la mano por el cabello y bufó.
"Voy a dormir en la sa