Capítulo 25 —Ya no era una fantasía
Narrador:
A Cleo le temblaban las piernas, literalmente. Estaba aferrada a su camisa como si soltarlo significara desplomarse. El calor seguía recorriéndole el cuerpo, un calor que no tenía explicación lógica, porque ella no lo quería... mo lo quería... Y sin embargo...
—Mal*dito bast*tardo —murmuró, con la voz apenas audible.
Nerón sonrió, como si le encantara el insulto. Le acarició la mejilla con el dorso de los dedos, lento, perverso, todavía con el sabor de ella en la boca.
—Eres hermosa cuando te enojas —le susurró.
Y entonces la cargó en brazos. Cleo no protestó. No tenía fuerza, ni aire, ni voluntad. Solo cerró los ojos un segundo, como si eso le permitiera tomar distancia de lo que acababa de pasar. Pero no, él estaba allí, su olor, su cuerpo, sus manos. Todo él la envolvía. Nerón caminó hacia la ventana con ella en brazos. Corrió la pesada cortina con una sola mano y observó hacia el porche. Allí estaban. Lía y sus amigos seguían afuera, be