No volvieron a hablar durante el resto del trayecto. El silencio se mantuvo hasta que llegaron a la casa. Alec se dirigió directamente a su despacho, en lugar de a la habitación para descansar. Miranda sintió un nuevo arrebato de irritación por su acción.
No estaba poniendo en práctica ni en primer lugar lo que le habían recomendado. Era obstinado y terco hasta el límite.
Finalmente, ella se fue a su habitación para tomar una ducha. Bajo la cascada de agua caliente, empezó a reflexionar. Cuando volvió a la habitación, la inquietud regresó. Su marido había estado muy raro. Se cuestionaba en ese momento: ¿De verdad le había pasado todo eso solo por estrés, como dijo el doctor? ¿O estaba pasando algo más que no le querían decir? Sacudió la cabeza, no queriendo ser paranoica.
No quería poner en tela de juicio las palabras de un profesional y menos las de su marido. Pero luego recordó la cercanía entre el doctor Marcus y Alec. Conociendo que el doctor era bastante cercano a su marido...