El anciano Dusk
El señor Alex se agachó y delicadamente ayudó a Mary a ponerse de pie, colocando una mano de apoyo en su espalda baja. Su voz se volvió suave, casi seductora.

—No te preocupes, Mary. Deja que mis hombres se ocupen de ese lunático. Ven conmigo, te llevaré a un lugar seguro.

Mary lo miró y sonrió tímidamente, y agarrando su brazo como si fuera indefensa, le dijo: — Gracias, señor Alex, eres muy amable. Ahora me siento mucho mejor.

Por otro lado, Xavier, el cual en ese momento aún estaba en el suelo, traqueó su cuello brevemente y agarró su bastón, y mientras avanzaba lanzó un gruñido, pues se sentía lleno de confianza al saber que el apellido Thornfell lo respaldaba.

—Eres un bastardo arrogante —gruñó entre dientes — Te has metido con la gente equivocada. Con los Thornfell apoyándome, tu muerte ni siquiera será una nota al pie de una página.

Xavier lanzó el bastón con una fuerza mortal, apuntando directamente hacia la cabeza de Jaden, pero este no se inmutó, en cambio, se quedó sentado tranquilamente, mientras revolvía el último sorbo de vino que le quedaba en su copa. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, con un pie dio un golpe contra el suelo de mármol con una fuerza sobrenatural.

Hubo un estruendo y una onda de energía invisible estalló desde debajo de él, como la onda de choque de una explosión de bomba. Todos los guardias dentro de un radio de cinco metros fueron lanzados por el aire, estrellándose como muñecos de trapo contra mesas, columnas y paredes. Además, los platos se rompieron, las copas de vino explotaron y la música se detuvo.

El señor Alex, que acababa de llegar a la escalera con Mary, se quedó atónito en mitad del camino. Su brazo todavía estaba alrededor de la cintura de ella, pero sus ojos se abrieron de par en par cuando se dio la vuelta y vio a sus hombres esparcidos por el suelo, gimiendo y retorciéndose de dolor.

—¿Qué demonios... —tartamudeó, boquiabierto y sus rodillas casi se doblan en ese momento.

Por su lado, Jaden se recostó en su silla y con naturalidad, tomó otro un sorbo de vino, luciendo completamente imperturbable.

Arriba, Derek se atragantó con su bebida, salpicando vino tinto por todo el barandal mientras miraba con incredulidad la escena de abajo.

—Anciano Dusk... ¿Lo viste? —preguntó, con voz temblorosa —Ese tipo... ¡acaba de lanzar a más de diez hombres al aire como hojas en el viento! ¿Quién demonios es él?

El anciano Dusk, con las manos detrás de la espalda, se pasó lentamente la mano por la barba teñida de gris y su expresión no cambió, pero sus ojos se entornaron ligeramente.

—Interesante, no es un matón común. Quizás sea un artista marcial refinado... o alguien con un pasado oculto, de cualquier manera, iré a verlo por mí mismo.

—Yo iré contigo —dijo Derek en tono brusco —. Esta es mi fiesta de compromiso, nadie la puede arruinar y marcharse impune.

Luego, los dos hombres bajaron la escalera.

***

De vuelta en la planta baja, Jaden dejó la copa de vino sobre la mesa y finalmente dirigió toda su atención al señor Alex.

—Tú —dijo con calma, su voz era tajante pero a la vez serena —, ven aquí.

Alex se sobresaltó y su rostro se llenó de pánico, mientras intentaba hablar coherentemente: — Y... Yo? ¡No seas estúpido, muchacho! ¡Este hotel le pertenece a la familia Thornfell! ¡Estás arruinando su evento, hoy es la fiesta de cumpleaños y de compromiso del señor Thornfell!

Alex intentó llenarse de valor, pero su voz tembló cuando dijo: —Es... mejor que te arrodilles y pidas perdón antes de que te arrepientas de haber entrado aquí. El señor Thornfell llegará pronto, y créeme, ¡lo lamentarás si él ve este desastre!

En todo el salón, los susurros se convirtieron en un coro de amenazas.

—Joven, si te queda un ápice de sentido común, ¡arrodíllate ahora y pide disculpas!

—¡Estás acabado! Nadie se atreve a desafiar a los Thornfell.

—¡Eres hombre muerto!

A pesar de los comentarios, Jaden no se movió y su expresión tampoco cambió, al contrario, el ruido a su alrededor pareció desvanecerse en el fondo.

Alex, tembloroso, dio un paso hacia atrás y al ver que Jaden no reaccionaba, decidió huir con Mary mientras aún podía, pero los ojos de Jaden se voltearon hacia él.

—Yo dije... ven aquí —repitió, en esa ocasión lo dijo con un tono de voz más alto.

Alex se detuvo en seco y su cuerpo se paralizó.

En ese preciso momento, el anciano Dusk y Derek llegaron al último escalón de la escalera, y el miedo de Alex desapareció de inmediato, siendo reemplazado por una mueca llena de maldad.

—¡Ahora sí estás acabado! —gritó Alex, señalando a Jaden —. Anciano Dusk, señor Thornfell, este bastardo atacó a sus hombres y maltrató a la señora Mary. ¡Pido permiso para matarlo!

Jaden se levantó lentamente, irguiéndose como una sombra sobre la sala. Luego se inclinó, recogió un bastón que estaba sobre el suelo destrozado y, con un simple movimiento de la muñeca, lo lanzó directamente hacia las piernas de Alex.

El bastón le dio en la tibia y el crujido espeluznante se escuchó en todo el salón. Alex se desplomó de inmediato, gritando y agarrándose la pierna, manchando sus pantalones con sangre.

—¡Mi pierna! ¡Me has roto la pierna!

Jaden caminó hacia él con pasos firmes y lentos, y la multitud se alejó aterrorizada mientras el aire parecía enfriarse con cada paso.

—Tú dijiste que ibas a matarme —dijo Jaden secamente, su voz carecía de emoción —, y yo no muestro misericordia hacia los hombres con deseos de muerte.

—¡No... por favor, espera! ¡No quise decir eso! ¡Solo estaba tratando de asustarte! —gemía Alex, arrastrándose hacia atrás —Por favor... ten piedad.

Jaden no se detuvo, en su lugar, puso el pie sobre la cabeza de Alex y comenzó a presionarla lentamente.

—Entonces elegiste asustar al hombre equivocado —dijo Jaden fríamente.

Nuevamente comenzaron a oírse crujidos, pero esa vez provenían del cráneo de Alex, quien se quejaba al sentir la presión sobre este.

—¡Me duele! ¡Por favor, detente!

El público miraba horrorizado, mientras que Mary ya había abandonado por completo su actuación, y temblaba mientras se agarraba a la pared detrás de ella.

De repente, una voz autoritaria resonó como un trueno: —¡DETÉNGANSE AHORA MISMO!

Derek avanzó, flanqueado por tres hombres de aspecto severo vestidos con un traje negro, mientras que el anciano Dusk caminaba detrás de ellos, y aún mantenía las manos detrás de la espalda.

El ambiente cambió y la temperatura pareció bajar aún más mientras las dos fuerzas se enfrentaban, pero aún así, Jaden no quitó el pie de la cabeza de Alex.
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