Capítulo noventa. Tragado por la tierra
La noche caía sobre el castillo como una manta húmeda. Las nubes ocultaban la luna llena, aunque su luz perforaba con fuerza los resquicios entre las ramas. Parecía luchar por revelar lo que debía permanecer oculto.
Lyra se encontraba en la torre más alta, sosteniendo entre sus brazos a Liam, que dormía profundamente. Su pequeño pecho subía y bajaba con suavidad. La calidez de su cuerpo era la única paz en una noche que, de alguna forma, sabía que terminaría en guerra.
Detrás de ella, Rowan miraba por la ventana con gesto sombrío. Desde que se habían entregado el uno al otro, algo había cambiado. No solo en su vínculo, que ahora ardía con una intensidad casi sobrenatural, sino en sus decisiones. Por primera vez, Rowan no solo protegía a su reino. Protegía a su compañera. A su familia.
—La magia está temblando —murmuró Morgana, que acababa de entrar en la habitación. Sostenía un grimorio abierto con ambas manos—. Los sellos no resistirán mucho m