Ivanna Taylor
—¿Te parece si primero dejamos a Viena con Shawn en el apartamento? —pregunta Shane, cuando me ve un poco nerviosa en el asiento a su lado.
Miro a Shawn, que se ríe de algo que dijo Viena, y asiento.
—Sí, es mejor.
—Aunque también puedes llamar directo al banco, si no quieres verlo…
Me muerdo el labio inferior, por algo de vergüenza conmigo misma, pero Shane me entiende mejor que nadie. Tengo un conflicto interior con mi padre, él lo sabe. Quiero asegurarme que esté bien, pero a la vez, me cuesta mostrar vulnerabilidad por algo relacionado con él. Por el simple hecho de que mis heridas son demasiado profundas como para poder ignorarlas. Heridas que mi padre mismo me hizo.
—Creo que eso estaría bien.
«Me sentiría mucho menos rara».
Shane me señala su móvil para que busque el contacto en su agenda. Y con dedos temblorosos, marco directamente.
No pasan ni dos segundos cuando me responde la voz de una mujer.