Extra 4: Llegada de la familia.
Ivanna Robinson
La arena blanca se siente caliente bajo mis pies y el mar se ve tan tranquilo que parece una piscina infinita. A los lejos, las palmeras se mecen apenas con la brisa y el cielo es tan claro que cuesta creer que existe un lugar así. Es toda una experiencia el estar aquí, entre tanta belleza.
Es el lugar perfecto para terminar nuestra dulce luna de miel. Siento que, desde que llegamos la noche anterior, una paz inmensa se ha apoderado de mí; y la verdad es que no quiero que se acabe.
Pero, técnicamente, hoy dejaremos de estar solo nosotros dos. Aquí nos reencontraremos con nuestra familia, que ya deben estar por llegar.
Estamos en el bar de la playa, bajo una de las tantas sombrillas de paja que hay en la zona de arena. Shane pidió una bebida con hielo y yo tengo en mi mano un agua mineral con limón, no me apetece nada más. las náuseas, irónicamente, se hicieron sentir una vez nos bajamos del crucero, por eso Shane insiste en que me mantenga hidratada. En su mente, neces