Capítulo 30. No eres tú.
Ivanna Taylor
Mi hijo tiene solo tres años. Soy consciente de que su nivel de conformidad con lo que le rodea no es tan exquisito y que, por ser solo un niño que apenas habla bien, no me dirá que odia su nuevo hogar.
Pero a pesar de todo eso que sé, casi que me como las uñas mientras espero a que mi pequeño recorra el apartamento por completo, corriendo como lo haría Spiderman o alguno de sus superhéroes. Quiero que le guste su nuevo hogar. Quiero que disfrute de su habitación, repleta con todo lo que pude conseguir los primeros días de mi traslado, porque entiendo que eso hará mucho mejor su estancia.
Viena y Aston están en la sala, admirando la ciudad que brilla con el sol potente y hablando de algo que no entiendo, porque no estoy concentrada en ellos. Solo tengo ojos para mi hijo.
Shawn está mirando todo con la boca abierta. Intercala un «oh» con un «ah» y me hace sonreír con solo ver la manera tan intensa en que reacciona al ambiente.
Solo le falta su habitación. Ese lugar que se