Desperté encontra de mi voluntad gracias a la alarma de mi teléfono y juro que no quería salir de los brazos de mi esposo, creo que ya me estoy acostumbrando a estar así con Iván, es increíble cómo se van dando las cosas entre nosotros dos.
—buenos días, criatura, ¿cómo amaneciste? —muy bien mi amor, pero no quiero levantarme.
—ja, ja, ja, es bueno saber que mi esposa no quiere salir de mis brazos y no tienes idea de lo que daría por estar así el resto del día, pero tienes que trabajar mi amor, me acerque más para unir nuestras bocas y le di un beso.
—intensifiqué el beso y me subí sobre el cuerpo de mi esposo, me encantaba sentir sus caricias.
—mi reina me lo estás poniendo muy difícil, creo que deberían darme el premio al hombre del año por haberte respetado mientras dormías en mi cama en ropa interior.
—ja, ja, ja, tampoco así, yo te daría el premio del manoseador del año porque pasaste toda la noche tocando mi trasero y pechos.
—eres una jodida tentación y juro que si no hubieses