Hoy estaba feliz porque por fin había dejado atrás el trauma que Javier había generado en mí y es que, aunque puse todo de mi parte no pude lograrlo sola. Lo que me llevó a tomar terapia por un mes, pero ahora era libre de esos recuerdos y podía seguir mi vida al lado de mi esposo.
—mi reina, ¿cómo te sientes? —muy bien mi amor, ahora vamos a casa que quiero acurrucarme contigo.
—ja, ja, ja, ¿esa es una propuesta indecente —¡sí! Señor Iván D’ Luca, esta noche quiero hacerlo mío y no habrá nada que me lo impida.
—Sonreí como tonto y conduje como loco, porque desde que pasó lo de Javier no habíamos tenido intimidad por los traumas que quedaron en Mia, así que hoy por fin volvería a tenerla en mi cama.
—Quería compensar a mi esposo porque había sido muy amable y comprensivo conmigo en todo este proceso, así que al llegar a casa fui a la habitación para darme una buena ducha y me coloqué un conjunto de encaje muy sexy.
—mi esposa me pidió unos minutos a solas, pero la ansiedad me estaba