Ella se recostó de mi pecho y yo comencé a acariciar su cabello que tanto me gusta, criatura, el mayor problema es que estamos sin dinero y podríamos tomar él poco que nos queda. Pero los socios no logran ponerse de acuerdo, llevamos días discutiendo y nada, la única opción sería que yo consiguiera más dinero para convertirme en el socio mayoritario nuevamente y ellos no tendrían más remedio que aceptar mis decisiones. Sin embargo, eso está difícil, estuve dándole vueltas a la cabeza para ver qué podía hacer, la única opción sería hipotecar las propiedades que tengo rentadas, pero no podría hacer eso porque si las cosas resultan mal, cómo le respondo a las personas, eso sería un acto muy cobarde e irresponsable de mi parte.
—¿por qué no hipotecas el Penthouse?
—¿estás loca criatura? ¡Esa es tu casa, no podía dejar a mi esposa viviendo en la calle, eso jamás!
—es nuestra casa Iván, se supone que somos los responsables de todo lo que suceda en la casa o en la empresa, ¿cierto? De que no