Capítulo 50 —Las dos camas
Narrador:
La camioneta se detuvo frente a la mansión. Luigi bajó primero, elegante y seguro, y enseguida extendió la mano hacia Valeria. Ella la tomó sin dudar, todavía con ese brillo en los ojos que él llevaba horas alimentando. Caminaron así, de la mano, hasta la entrada principal.
Mateo y Dinorah ya estaban ahí esperándolos. Mateo bajó la mirada a sus manos entrelazadas. Subió una ceja. Después miró a Luigi con una sonrisa.
—Bienvenidos de vuelta, veo que fue fructífero el viaje —comentó, con ese tono suyo que siempre tenía filo.
Luigi soltó una risa baja.
—Sí, mucho.
Valeria sintió el rubor, pero lejos de esconderse, sonrió, luego se soltó de Luigi con delicadeza y se acercó a Dinorah para abrazarla. Dinorah la recibió con la misma calidez, sosteniéndola con un cariño real.
—Qué bueno tenerte de vuelta —dijo ella.
Ambas comenzaron a caminar juntas por el pasillo rumbo a la habitación de Valeria. Pero apenas llegaron frente a la puerta, Valeria se detuvo d