Capítulo 36 —Crecer con miedo
Narrador:
Valeria abrió los ojos apenas la luz se filtró entre las cortinas. Lo primero que sintió fue el peso cálido del brazo de Luigi sobre su cintura, firme, posesivo, como si la atrapara incluso dormido.
Se deslizó con cuidado, moviendo su cuerpo milímetro a milímetro para no despertarlo.
Luigi murmuró algo entre sueños y la abrazó más fuerte por instinto.
—Lu… —susurró ella, acariciándole el antebrazo —Suéltame un poquito.
Él gruñó en respuesta, ese gruñido dormido que la derretía, pero finalmente aflojó el abrazo.
Valeria se incorporó, se calzó una bata ligera y salió en puntas de pie, sonriendo para sí misma. Lorena estaba ya allí, sentada con una taza de té entre las manos, impecable incluso a esa hora.
—Buenos días, querida —saludó Lorena con una sonrisa cálida.
—Buenos días —respondió Valeria, acercándose a la mesada.
Abrióel refrigerador para empezar a preparar algo para llevarle a Luigi a la cama. Pero apenas agarró un frasco de mermelad