Capítulo 37 —Era simple. Era limpio.
Capítulo 37 —Era simple. Era limpio.
Narrador:
Cuando Luigi salió del baño, todavía secándose el cabello con una toalla, dio dos pasos… y frenó.
Valeria estaba sentada en la cama, con las piernas cruzadas, una bandeja sobre las rodillas y una expresión entre dulce y culpable. El aroma a café y pan fresco llenaba la habitación.
Él parpadeó, sorprendido.
—Val… —dijo con una sonrisa lenta que se le dibujó sola — Cuando abrí los ojos, te busqué y tu lado estaba vacío.
Ella bajó la mirada a la bandeja, moviendo el dedo por el borde del plato como si necesitara ocupar las manos.
—Quería traerte el desayuno —respondió —No quería despertarte.
Luigi dejó la toalla a un lado, avanzó despacio, con ese caminar de hombre que sabe que lo están mirando. Los abdominales se le marcaban húmedos, todavía brillando por el agua y las gotas que todavía resbalaban por su pecho hacían que Valeria olvidara cómo se respiraba.
Él lo notó. Y sonrió, apenas ladeando la boca.
—Me desperté igual —dijo, inclinándose