Capítulo 35 –No pareció que estuviera mintiendo.

Narrador:

Valeria todavía respiraba contra su pecho cuando Luigi la rodeó con los brazos, como si quisiera mantenerla ahí un segundo más. Ella apoyó la frente en su clavícula, sintiendo ese pulso fuerte, ese calor que todavía vibraba entre los dos.

Él deslizó una mano por su espalda, lento, desde la curva de la cintura hasta la nuca. La acarició como si estuviera verificando que realmente era de él en ese momento. Luego respiró hondo, la besó en la sien y se separó apenas, lo justo para mirarla. Un segundo, solo uno. Y después bajó la boca a la de ella.

Ese beso no fue suave, ni tímido, ni de despedida. Fue un reenganche, un “seguimos”, un “todavía no terminé contigo”. La besó con la boca abierta, profunda, cálida, sosteniéndola de la nuca para que no pudiera escapar aunque lo hubiera querido. Ella respondió igual: las manos en su cuello, el cuerpo pegado, entrando en ese ritmo que solo él sabía provocarle.

Cuando Luigi cortó el beso, Va