Capítulo 26 —Este viejo roble
Narrador:
Mateo salió del dormitorio de Dinorah con el corazón latiéndole a destiempo. El aire afuera le pareció más pesado que adentro. Caminó hasta el pasillo, se apoyó contra la pared y respiró hondo antes de sacar el teléfono del bolsillo. Buscó un número y lo llamó sin pensarlo.
—Sofía.
La voz de su hermana sonó al otro lado con ese tono entre alerta y cansado de quien nunca duerme del todo tranquila.
—¿Qué pasa, Mateo? Son casi las tres de la mañana aquí en Sicilia.
—Lo sé, y no te llamaría a esta hora si no fuera importante, pero tenía que hablar contigo.
Hubo un silencio corto antes de que Sofía respondiera.
—¿Pasó algo?
—Sí —contestó él, mirando el piso —Ella está aquí.
—¿Ella? —preguntó Sofía, sin entender del todo —¿Quién es “ella”?
—Dinorah —dijo él finalmente.
El silencio al otro lado de la línea se estiró tanto que Mateo pensó que la llamada se había cortado.
—¿La capitana? —preguntó Sofía al fin, con incredulidad —¿La de la DEA? ¿La mujer de