Capítulo 27 — El olor que tienen los libros
Narrador:
Luigi empujó suavemente la puerta del dormitorio, ya en silencio, con el cansancio colgándole de los hombros. No esperaba encontrarla despierta.
Valeria estaba recostada sobre la cama, recién bañada, con el cabello todavía húmedo cayéndole sobre los hombros. Tenía un libro abierto entre las manos y las piernas cubiertas por la sábana.
Luigi se detuvo en seco, apoyado contra el marco de la puerta, observándola.
—Creí que ya nadie leía en papel.
Valeria levantó la mirada sin soltar el libro, una sonrisa pequeña jugando en sus labios.
—A mí me encanta el olor que tienen los libros.
Luigi arqueó una ceja, divertido, y empezó a avanzar hasta el pie de la cama.
—¿El olor, eh? —murmuró con una sonrisa traviesa.
Se subió lentamente sobre el colchón, apoyando una rodilla, luego la otra, y comenzó a gatear hacia ella, con el mismo aire confiado y provocador de quien sabe perfectamente el efecto que causa.
Valeria lo miró por encima del borde