Capítulo 57
Al otro lado de la línea, Richard respiró hondo, luchando contra el nudo en la garganta. Las lágrimas comenzaron a caer.
—Ella… ella está destruida. Alexander, lo juro por Dios, ya no soporto ver sufrir a Isadora de esa manera. La encierran como a un animal, la amenazan, le gritan… Está débil. Muy débil. No come bien, no duerme, vive dopada, rodeada de gente cruel. Y creo que el bebé también está en riesgo… —su voz falló—. Tengo miedo de que… de que sea demasiado tarde.
Alexander se levantó bruscamente de la silla, el vaso de whisky casi se cae de la mesa.
—¿Dónde está? ¡Habla ya!
—Estamos en Europa, en un pueblo alejado de la ciudad de Innsbruck… en Austria. Una cabaña aislada. Esperé el momento adecuado para llamar.
Hizo una pausa rápida, los ojos fijos en la puerta de la cabaña.
—Señor Blake, venga aquí. Por favor. Mañana dejaré mi teléfono encendido. Volveré a llamar, para que ustedes puedan rastrearlo. Encuéntrenme antes de que desaparezcan con ella otra vez…
En ese m