Mi corazón late freneticamente al escuchar su voz llamandome de esa forma.
Cassian se apoya contra la puerta, bloqueando la única salida con una calma que me hiela la sangre.
Pero no le doy la satisfacción de retroceder.
No le doy la satisfacción de mostrarle lo mucho que me afecta su presencia.
Deja escapar una risa baja, grave, con esa arrogancia natural que me irrita.
—Debiste haberme dicho quién eras —espeta con su voz ronca, mientras con su mano frota su barba.
Mi estómago se contrae.
Su tono es sereno, pero la forma en que me está viendo dice todo lo contrario.
No respondo.
Solo lo observo con el mismo desdén con el que él me mira a mí.
—O tal vez querías que descubriera la sorpresa —agrega y no se de que carajos habla, yo solo espero que nadie venga, que su presencia en este baño no cause un malentendido, porque lo último que necesito es que me relacionen con este hombre, porque si bien, es cierto que compartimos demasiado, eso fue antes del compromiso, de s