Capítulo 505
Para evitar más problemas, Daniela contactó a un miembro de su familia la noche anterior. Para su sorpresa, era su primo Tacio Ruvalcaba, a quien había visto varias veces en las reuniones familiares.

—No esperaba que te enviaran a ti, Tacio.

Tacio sonrió amablemente.

—Debes ser atendida como corresponde, dado que tú supervisarás el trabajo. ¿Necesitas ayuda con el equipaje?

Tacio notó que Daniela y Faustino no llevaban nada y preguntó con cierta confusión.

Daniela negó con la cabeza.

—Venimos a trabajar, no de vacaciones. Viajamos ligeros.

Tacio, con una sonrisa amable, abrió la puerta del coche para que subieran.

—Cierto. Sigues igual de radiante y eficiente. Había oído que el joven de los Zabala también venía. ¿Dónde está?

Cuando Tacio mencionó a Dante, el rostro de Daniela cambió ligeramente.

—Tiene asuntos pendientes y se fue. No tiene nada que ver con nuestra familia. No te preocupes por él.

Viendo la expresión de Daniela, Tacio, con tacto, no hizo más preguntas. En cam
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