Capítulo 24

La lluvia comenzó a caer sobre la mansión Aslan como si el cielo también hubiera decidido hablar. Nehir observaba por la ventana, sin moverse. Cada gota parecía marcar el tiempo que le quedaba antes de que Sedat actuara.

Mirza entró con un expediente en la mano.

—Interceptamos una comunicación. Sedat activó el protocolo de silencio. Ya hay movimientos en Estambul. Dos jueces aliados tuyos están fuera de contacto.

Nehir cerró los ojos. No por miedo. Por cálculo.

—¿Y el fiscal Demir?

—Desaparecido desde esta mañana.

—Entonces ya empezó.

Mirza dejó el expediente sobre la mesa.

—Hay algo más. Encontramos registros de transferencias desde una cuenta vinculada a Kara hacia una fundación en Bruselas. La misma que financió tu beca hace diez años.

Nehir lo miró. El pasado se reescribe con cada dato.

—¿Quieres decir que mi carrera fue…?

—Planeada. Desde antes de que tú decidieras ser jueza.

El silencio se volvió insoportable.

—¿Y mi madre?

Mirza dudó. Luego habló.

—Ella sabía. Pero no del todo.
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