Una semana después, la empresa Atlas Global anunció la lista de finalistas.
Doce compañías habían clasificado, entre ellas tanto Grupo Innovar como Integra Universal.
Faltando un mes para la licitación, Grupo Innovar celebraba frecuentes reuniones de equipo, y Damián estaba tan ocupado que no paraba ni un segundo.
Durante medio mes entrenó al equipo de manera implacable.
Pero nadie se atrevía a quejarse. Damián era famoso por ser despiadado, y solo los más valientes se atrevían a ir con Aitana a desahogarse un poco.
A las cuatro de la tarde, Damián terminó la reunión de equipo y regresó a la oficina presidencial.
Aitana estaba recostada en su silla con una invitación en las manos, su expresión pensativa.
Damián se sentó en el borde del escritorio:
—¿Quién vino a quejarse ahora?
Aitana asintió:
—En estas dos semanas, al menos diez personas han venido a protestar, diciendo que explotas a los trabajadores y que te estás sobrepasando.
Damián sonrió:
—Es que me aprovecho del cariño de la se