El sol comenzaba a asomarse tímidamente por el horizonte, bañando con sus primeros rayos la vasta ciudad que se extendía frente a ellos. La calma, que parecía finalmente haber tomado el control, era engañosa. Aunque el caos había quedado atrás, un nuevo tipo de incertidumbre se cernía sobre sus vidas, más profunda y compleja que cualquier oscuridad que hubieran enfrentado hasta ahora.
Samantha y Alexander se encontraban en la azotea del edificio, mirando la ciudad desde lo alto. Ambos habían sobrevivido a lo que parecía ser el fin de sus propios mundos, pero lo que quedaba por delante era aún incierto. La sombra de los acontecimientos pasados seguía pesando sobre ellos, a pesar de la aparente victoria.
Samantha no podía evitar preguntarse si realmente había sido una victoria, o si lo único que habían hecho era aplazar lo inevitable. "¿Y ahora qué?" Su voz era baja, casi un susurro, como si temiera que al hablar en voz alta se rompiera la calma que se había establecido entre ellos. "To