Capítulo 26 – La Traición Silenciosa.
NARRADOR.
La ciudad se ahogaba en un amanecer gris, las nubes pesadas como si supieran el peso de lo que estaba por venir. Gabriela Rivera conducía hacia el hospital, sus manos apretando el volante con tanta fuerza que los nudillos se le blanqueaban. El aire dentro del auto olía a cuero nuevo y a su propio perfume, pero no podía disipar el hedor imaginario de la sangre y el miedo que la perseguía desde que recibió la llamada. Daniela Moreno, la periodista que había destapado el fraude de Fernando, había sido atacada. Un asalto, según la policía, pero Gabriela sabía la verdad. Era Fernando, moviendo sus hilos desde las sombras, como siempre. El recuerdo de su sonrisa cruel, apoyado contra su auto frente a Ápex, le quemaba en la mente. El tablero de ajedrez estaba en movimiento, y Daniela había sido la primera baja.
El hospital olía a desinfectante y desesperación, un aroma que se le clavaba en los pulmones como un cuchillo. Encontró la habitación de Daniela en el tercer piso, custodiad