La noche se cernía sobre la ciudad como un manto pesado, pero Ethan apenas lo notaba. Sus pasos resonaban en la calle solitaria mientras avanzaba hacía su auto y su mente no dejaba de dar vueltas a los eventos recientes. El encuentro con Nora había sido enigmático, inquietante. Las palabras que intercambiaron, aunque breves, eran una carga que ahora pesaba sobre él, ahogándolo lentamente en un mar de incertidumbre.
Esa conversación había desenterrado más preguntas que respuestas. Nora había jugado con su mente, había plantado semillas de duda, pero no le había dicho lo que él necesitaba saber. La falta de claridad lo mantenía intranquilo, y aunque había intentado desconectarse emocionalmente de todo, sabía que no podía. No cuando Eirin seguía desaparecida.
El celular en su bolsillo vibró, el sonido le heló la sangre. ¿Era ella? ¿Era una llamada que podría devolverle la esperanza, la certeza de que todavía había algo por lo que luchar? Lo miró, pero no era un número conocido. Un mensaj