Eirin, a pesar del miedo, cuando habían rodado una buena parte, encontró fuerza en su determinación. No se dejaría arrastrar nuevamente. Mientras se acercaban al auto, sintió cómo la oportunidad de escapar llegaba. En un movimiento rápido, soltó el volante y comenzó a forcejear con Nora.
La reacción de Nora fue inmediata: le disparó a Eirin. El sonido del disparo resonó en el aire, pero la bala pasó cerca de su hombro, dejándola sin aliento por el dolor. El coche, fuera de control, comenzó a moverse a una velocidad alarmante antes de apagarse repentinamente en medio de la vía, dejando a ambas mujeres atrapadas en una situación aún más peligrosa.
Eirin, herida, logró desabrocharse el cinturón de seguridad. Con una agilidad desesperada, salió del coche y comenzó a correr hacia el bosque cercano, buscando refugio entre la maleza, sin saber si lograría escapar.
Pero la policía, más entrenada y hábil, estaba un paso adelante. Los escoltas que habían estado siguiendo desde la distancia se u