Ilayen tomó un sorbo de agua para aplacar su sed. Se había podido sentar recostando su espalda en el respaldar de la cama con ayuda de Seth. Y había sido un alivio para su cuerpo, más no para su mente y corazón.
No quería pensar en todo lo ocurrido porque era darle vueltas a lo mismo una y otra vez y eso… no solucionaría nada. Al menos le había servido para una cosa. Saber que el destino no siempre era el indicado, ni para estar a su lado, ni para confiar en él.
Escuchó como la puerta era abierta y un rostro familiar aparecía. Lena mostró una débil sonrisa trayendo en sus manos un bol con sopa que le habían enviado a Ilayen.
-Está aún caliente- dijo ella dejándola sobre el regazo de él- Cómo se encuentra príncipe- le preguntó ella preocupada.
-No me llames príncipe- Ilayen apretó los labios- Yo ya no lo soy.
Ella intercambió mirada con Seth que negó con la cabeza.
-ustedes tampoco están obligados a quedarse y servirme- el lobo estaba serio- Yo ya no tengo el mismo status de antes- se