Ilayen estuvo inconsciente tanto tiempo que para cuando abrió los ojos su cuerpo dolía. Sentía cada parte de él caliente y su pecho arder. Su mente estaba confusa y su corazón estaba tan vacío que parecía tener un hueco negro en su interior.
-Príncipe, ¿despertó?- escuchó una voz familiar a su lado y giró su rostro sintiendo su cuello crujir. Seth lo miraba con los ojos muy abiertos de la impresión-
-¿Cuánto tiempo… estuve así?- Ilayen logró articular con voz rasposa.
-Como cuatro días. Aun su fiebre no ha bajado. Las heridas que tenía eran muy profundas y sangró demasiado. Todavía necesita estar en reposo- le dijo su esclavo cambiando el paño húmedo sobre la frente del lobo.
Heridas. Verdad.
-Entonces, no fue un sueño… realmente ocurrió- Ilayen soltó un largo suspiro y cerró los ojos sintiendo la presión de todo lo ocurrido antes de perder la consciencia.
-¿Cómo se siente?- Seth le preguntó preocupado.
-Cómo crees- abrió los ojos de nuevo- Pensar que me permití confiar en alguien y a