El guardia alzó la mano para tocar, pero se detuvo en seco y carraspeó la garganta ligeramente. Un sonido familiar a beso salió por la rendija de la puerta que se encontraba un poco abierta. Este tipo de escenas… ya era familiar en los miembros de la manada. Era sabido que la reina tenía una fascinación por estar pegada a sus parejas y estarlos tocando todo el tiempo que podía.
Como era el caso ahora. Ilayen desvió la mirada a un lado. Por su posición podría ver que ocurría allí adentro.
-Ya está aquí- la voz de uno de los lobos resonó contra el oído de la loba sentada en su regazo, mientras sus piernas se recostaban contra los muslos del otro, que tocaba su piel por debajo de la ropa.
Galattea gruñó al ser interrumpida. Había pasado la noche sentada detrás de su escritorio y necesitaba afecto por parte de sus parejas.
-Puede atenderlo y después nosotros la atenderemos a usted- el lobo que apretaba el interior de sus muslos mientras besaba el otro costado de su cuello le dijo contra s