POV: Emma
02:17 a.m.
El reloj en la pared parpadeaba en rojo dentro del ala privada del Mount Sinai. El silencio no era real, era solo un disfraz de hospital: monitores que zumbaban bajo la superficie, respiraciones medidas, pasos militares fuera del pasillo. Dos hombres del equipo Delta custodiaban la entrada como si el mundo aún pudiera derrumbarse en cualquier momento.Emma caminaba con la espalda recta y el alma hecha trizas. No se había duchado desde la extracción. El cabello, atado en una coleta floja, olía a humo, a sangre seca y a miedo. Llevaba sobre los hombros la chaqueta táctica de Lucas, demasiado grande para ella, con parches de sangre que ya se habían endurecido. Suya. Y de él.
No sabía por qué había subido. Solo… necesitaba verlo.
La puerta de la habitación estaba entreabierta. La luz tenue permitía distinguirlo: Lucas, acostado, el ceño