Mundo de ficçãoIniciar sessãoLas palabras que acababa de decir Damien, la golpearon con fuerza. No era una excusa, era una rendición. Sophie abrió los ojos y lo miró directamente. Ya no vio arrogancia ni control, solo un hombre vulnerable, roto en el mismo fuego que la estaba consumiendo.
Su silencio fue una respuesta. No necesitaba decir que también lo deseaba, que lo odiaba por hacerla sentir así. Estaba en la forma en que su pecho se alzaba con cada respiración, en cómo sus labios temblaban sin pronunciar palabra.
Damien dio un paso más, borrando el espacio que aún quedaba entre ellos. Su presencia la envolvió, y por un segundo, el mundo pareció detenerse. La ciudad, la lluvia, el ruido… todo desapareció.
Solo existía el calor que los unía.
Los ojos de Sophie subieron lentamente hasta los suyos. Él la miraba con una intensidad que quemaba. Y aunque no la tocaba aún, el deseo era casi físico, una corriente invisible que los mantenía atrapados.
—Mírame —pidió él.
Ella







