Theo Petit era un hombre orgulloso, por decirlo de alguna manera, no estaba acostumbrado a vivir de la caridad de otros, y es que este hombre lleno de ilusiones, había abierto sus alas y había volado lejos del nido paternal hacía ya varios años, sabía la responsabilidad que pesaba sobre él al ser hermano mayor, siempre se había mostrado como un hombre eficiente y muy capaz de mantenerse a sí mismo, pero claro que eso en los últimos años fue cambiando, y aún así, como bien lo había dicho Olivia, él jamás le había pedido dinero, por supuesto que el ahora verse arriba del avión privado de Amir Rossi, lo incomodaba como nunca lo creyó posible, en verdad Theo no podía simplemente disfrutar de aquel viaje, porque se sentía un parásito.
—Quizás lo mejor es que me quedé con nuestros padres, estoy seguro de que los periodistas irán a importunarlos.
Dijo Theo casi con desespero, e incluso poniéndose de pie, provocando que tanto Amir como Olivia lo vean inquietos, pues las puertas del ave de hie