32. Ailén y la huida de Raven
Un mes atrás, un día después de la batalla por rescatar a Ailén y la huida de Raven luego de la amenaza de Ailén de ir con los cazadores.
Ailén permanecía sentada en el borde de su cama, el cuerpo encorvado como si el peso del mundo la aplastara. Afuera, la lluvia caía sin pausa, golpeando los vidrios con un ritmo implacable que parecía marcar el latir acelerado de su corazón. La habitación, antes un refugio cálido, ahora se sentía fría y extraña, como si la ausencia de Raven hubiera vaciado hasta el aire que respiraba.
Su mirada se perdía en la ventana empañada, pero no veía nada claro, solo el reflejo de sus propios ojos hinchados y llenos de lágrimas contenidas. Un nudo apretaba su garganta, y la respiración le venía entrecortada, mientras el silencio la envolvía, amplificando cada pensamiento oscuro que la torturaba.
-- ¿Por qué se fue? -- susurró, con la voz quebrada y sin ganas de responder. -- ¿Qué hice para merecer esto? --
Las palabras flotaban en el aire, huecas, y chocaban