20. Lo Que No Debía Ver
Una semana después.
Umbra Noctis parecía suspendida en un limbo gris. Las nubes pesaban sobre la ciudad como una amenaza contenida, y el viento soplaba con un murmullo constante que no terminaba nunca. Había algo en el aire. Una tensión silenciosa, vibrante, que parecía colarse hasta en los huesos.
Ailén lo sentía. En el ambiente. En su cuerpo. En su pecho.
Y sobre todo, lo sentía en la distancia creciente entre ella y Raven.
Desde el viaje, desde aquella escapada al lago, algo se había quebrado entre ellos. Él se había alejado, sin explicaciones. Liora también. Ambos guardaban silencio cuando los miraba a los ojos. Cuando preguntaba, cambiaban de tema. Y la sensación de estar excluida de algo enorme comenzó a crecer como una espina.
Esa tarde, la decisión fue repentina, visceral. Cerró el cuaderno de estudio con un golpe seco en la biblioteca y salió casi corriendo. El cielo estaba cubierto de nubes densas, y una brisa helada le revolvía el cabello mientras caminaba. No sabía exactam