"se el cambio que espera ver en el mundo"
Grayson
La habitación aún olía a ella… a nosotros. El eco de sus gemidos aún vibraba en mis oídos como un canto sagrado. Azura estaba de pie frente al espejo, cepillando su largo cabello negro con lentitud. Sus movimientos eran preciso, suaves y hipnotizantes. Lo dejó suelto, cayendo como una cascada oscura sobre su espalda desnuda. Luego, se giró hacia la cama donde había dejado un vestido ajustado color vino. Las tiras finas acariciaban sus hombros como si fueran caricias invisibles. Me quedé quieto, simplemente contemplándola, grabando en mi mente cada curva, cada centímetro de su piel que aún recordaba con mis manos.
—¿Qué opinas? —preguntó con una sonrisa traviesa, girando sobre sí misma.
Tragué saliva.
—Opino que si los dioses te ven esta noche, se pelearán entre ellos por tenerte y yo tendre que matarlos —respondí con honestidad.
Ella rió, una risa baja y sensual que estremeció a mi lobo. Me acerqué, ya vestido con mi traje azul marino,