"el dia que creas de verdad en tu capacidades, te volveras invencible y tus sueños seran realiadades"
Azura
Todavía sentía los dedos de Grayson entrelazados con los míos mientras subíamos las escaleras. No hablábamos. No hacía falta. La furia que latía en su pecho era un tambor constante que yo podía sentir en cada paso que daba. El vínculo… el vínculo nos unía tan profundamente que no solo sabía lo que sentía: lo vivía en carne propia. Porque si los papeles se hubieran invertido, si alguien se hubiera atrevido a dirigirse a Grayson con esa vulgaridad, yo también habría desgarrado gargantas sin pensar.
Apenas llegamos a nuestra habitación, Grayson cerró la puerta con un golpe seco. Caminó hasta el ventanal, con los puños apretados, respirando con dificultad. Su lobo quería salir. Drux estaba al borde. Yo lo sentía empujando bajo su piel, exigiendo justicia.
—Estás ardiendo —susurré, acercándome lentamente.
—Me cuesta… contenerlo —dijo sin mirarme—. No por mí… sino porque me imagino lo