Azura
El pasillo parece infinito, pero mis pasos son decididos, guiados por una fuerza que no entiendo del todo… una mezcla de instinto, vínculo y recuerdos que se agolpan en mi pecho. Mi corazón late con violencia. Cada vez que doy un paso, siento que regreso al pasado. A ese infierno. A esa celda oscura. A los días en que Mari y yo compartíamos las sobras, los golpes y los silencios.
—Está aquí dentro —me dice Grayson en voz baja, colocándose a mi lado. Le agradezco con una mirada rápida y luego empujo la puerta.
Algo dentro de mí se alborota. No sé si es mi loba, mi alma… o algo más antiguo, más profundo. Pero sé que alguien del pasado ha cruzado la frontera de nuestra manada. Lo siento en los huesos. En la sangre. En cada centímetro de mi piel.
Mis pasos son rápidos, mi respiración agitada. Rosaly, mi loba, ruge dentro de mí.
—Está viva… Es ella. ¡¡Es ella!! —grita desesperada.
—¿Quién? ¿Quién, Rosaly?
Empujo la puerta con fuerza, y ahí está. Mari. Pequeña, quebrada… pero viva. Mi