*—Callum:
Callum permaneció recostado contra su pecho, envuelto en sus brazos, disfrutando del calor tibio de la bañera, de las feromonas especiadas de Dominick y de las últimas ascuas de su propio ciclo de calor. Se sentía tranquilo, casi somnoliento, aferrado a esa burbuja cálida que los rodeaba, pero cuando Dominick se movió hacia adelante, supo que el momento de salir había llegado. El agua comenzaba a enfriarse, y su estómago rugía de hambre.
—Te ayudaré a salir —le murmuró Dominick con voz baja, rasposa aún por el deseo contenido.
Callum asintió sin decir nada.
Observó a su alfa salir de la bañera con una naturalidad elegante, como si fuera una criatura hecha para el agua y la seducción. No pudo evitar fijarse en la erección aún presente, latente y poderosa, a pesar de todo lo que habían hecho.
El libido de Dominick era excesivo. Inagotable. ¿Podría él seguirle el ritmo? Callum nunca había sido especialmente activo en la cama; siempre fue más tranquilo, más reservado, pero con D