*—Callum:Cuando terminó de relatarles a sus amigos sobre todo lo acontecido los últimos tres días, el silencio volvió a caer como una manta helada. Sus amigos lo miraban como si no pudieran creerlo. Como si desearan que todo fuera una pesadilla, pero no lo era.El ardor en su cuello, los temblores, el rechazo a los olores, la fiebre…Todo era real.Y apenas estaba comenzando.—¿Cómo te sientes? —preguntó Noah después de un largo silencio, su voz suave, casi temerosa.—Herido, roto, perdido… —murmuró Callum, bajando la mirada hacia sus manos. Observó las uñas rotas, las cuales, en un arranque de desesperación, había usado para aferrarse a las sábanas aquella noche, quizás al alfa con el que había compartido su cama. Un suspiro se escapó de sus labios, y una amarga risa salió de su garganta al pensar que era probable que aquel hombre también estuviera marcado por sus uñas, como un recordatorio de lo que había ocurrido.Alzó la mirada, su rostro empapado de cansancio, de confusi
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