*—Callum:
«¿Es porque ya no era un omega que su esposo no lo deseaba?», pensó Callum, mientras miraba las olas romperse en la orilla desde la tumbona sobre la arena. Cada golpe del agua parecía golpear también su corazón, recordándole los últimos días llenos de incertidumbre.
Lo que había esperado con ansias se había convertido en un recuerdo amargo y confuso. Antes de la boda, había soñado con una luna de miel perfecta. Cuando se casó con Hazel, todo fue frío y distante, entre desaprobaciones familiares y la indiferencia de Hazel, perdido en su propio mundo. Creyó que esta vez, con Dominick, su compañero destinado, sería diferente… pero no lo era.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras se abrazaba a sí mismo.
Desde que habían llegado, solo había sentido ansiedad y frustración. Dominick evitaba dormir junto a él, siempre buscando excusas para mantenerse distante. ¿Por qué? ¿Por miedo a lastimarlo? Callum había soportado cosas que muchos omegas no podrían: su mutación tardía,