*—Dominick:
—¿Siempre es así? —preguntó Callum después de unos largos segundos con la respiración entrecortada, mientras sus manos recorrían la piel caliente de Dominick—. No puedo mantenerme alejado de ti y aunque esté adolorido… aún quiero sentirte dentro.
Dominick soltó una risa grave, apretándolo con ternura entre sus brazos.
—No tengo idea —confesó, rozando con la nariz la sien de Callum—. Nunca me había sentido así con nadie. Esta conexión, este deseo que no se apaga… contigo es diferente —reveló, pues era cierto.
Había estado con otros omegas antes, pero jamás había sentido ese impulso de pertenencia, ese anhelo que quemaba desde el centro del pecho. Callum lo había cambiado todo.
—Es mi primera vez sintiéndome así —añadió Dominick sin vergüenza, con la voz cargada de sinceridad.
Callum lo miró, y sus ojos verdes se iluminaron con una mezcla de asombro y afecto.
—La mía también —respondió, con una sonrisa suave que pronto se desvaneció—. Con mi exesposo nunca fue así tan inten