*—Callum:
Movieron a Callum a una habitación más pequeña y acogedora. Durante el día, su recuperación avanzó significativamente, lo que permitió que el médico le diera el visto bueno para ir a ver a los bebés. Callum moría de ganas por conocerlos, por verlos aunque fuera de lejos, pues tomar a sus hijos en brazos aún no era posible.
Desde el principio había deseado este momento: verlos significaba cumplir un sueño por el que había luchado con cada fibra de su ser. Además, quería comprobar si se parecían a cómo los había imaginado.
Mientras Dominick guiaba a Callum en una silla de ruedas hacia la sala neonatal, Callum se volvió hacia él, con una mezcla de asombro y nostalgia:
—Creo que estaba… en el limbo —dijo suavemente, lo que hizo que Dominick detuviera los pasos de inmediato.
—¿En serio? —preguntó Dominick, preocupado.
Callum asintió y dejó que sus recuerdos afloraran, claros y vívidos:
—Lo que recuerdo era estar en el hospital, pero todo eran sombras… cada habitación igual, y lu