-Annabel-
En cuanto salí del hotel no miré atrás. ¡Necesitaba dinero y lo necesitaba ya! Las palabras de Darius seguÍan en mi mente. ¿Compañera? ¿Era su compañera? ¿Cómo era eso posible? Según yo, eso era imposible. Nuestras especies siempre se han llevado mal, así que él tiene que estar equivocado.
No podía volver al terminal, pero busqué lugares transitados y me puse una vez más a leerle el futuro a la gente. Eso era lo más rápido para ganar dinero. Con el paso de las horas me empecé a relajar al no ver aparecer a mi nuevo tormento personal. No lo quería ver.
–Alderwood. Un apellido poco común. –Esa voz. Ni siquiera tenía que volverme para saber a quién pertenecía.
–¿Me estás siguiendo? –La pregunta me salió entre dientes.
–Nop –Pero lo decía de tal forma que era imposible creerle. –Solo pasaba por aquí.
–Sí claro. –Eso no se lo creía ni él.
–Pero volviendo al asunto. Alderwood. ¿Qué relación tienes con Morgan Alderwood?
Lo miré sorprendida. ¿Conocía a mi tía?
–¿La conoces?