-Annabel-
Corrí a mi habitación lista para tomar mis cosas y salir de ahí. No quería tener nada que ver con ese hombre lobo. Estaba ordenando todo a la carrera cuando escucho que la puerta se abre y veo ingresar a mi supuesto compañero.
–¡Vete!
–No me voy. –Y para demostrar su punto se sentó en la cama con toda la confianza del mundo.
¿Y este que se creía? Lo fulminé con la mirada y con mi mochila al hombre estaba lista para salir.
–¿De quien escapas? –Me llegó la pregunta. Lo ignoré y seguí a la puerta solo que no me esperaba que me tomara del brazo y no me dejara salir. –No niña bonita, de aquí tú no sales hasta que hablemos.
–No tengo nada que hablar contigo.
–Tú no, pero yo sí. Así que se una buena niña y responde mis preguntas.
¿Buena niña?
–¡No me trates así! No soy ninguna niña.
–¿No lo eres?
–¡No! –Estaba furiosa. Lo que este tipo necesitaba era que le gritara unas cuantas verdades.
–Pues por tu forma de actuar, no lo creería.
–¡Eres insoportable! –Me removí hasta qu