Una pareja destinada ha nacido.
El Alfa Romano solamente gruñó un poco, él no era ese tipo de Alfa.
— Ese lobo está exagerando, solo estaba tratando de ayudar, yo para que voy a querer robarme a una cachorra, ¿Eh? — Dijo Joshua con los dientes apretados.
Pero de la nada el pequeño Joshino llegaba hasta la sala de estar desde la habitación de juegos, y apenas vió a la lobezna, se le escuchó decir.
— ¡Luna... eres mi luna... estás pequeña ahora, pero cuando crezcas seremos Alfa y luna, parejas destinadas para toda la eternidad!
Los ojos azules de Joshino brillaban, a su corta edad había encontrado a su compañera. Eso era tan impresionante, como inesperado.
— Hay... no, no me jodas cachorro, no puede ser la hija de mi hermano tu luna, ¿Verdad que estás jugando? ¿Dime qué si por favor? — Damiano casi rogaba que le respondiera que todo era una broma.
— No, tío Damiano, ella, la nena me llama aquí en el corazón, mi pequeño lobo está saltando de alegría, el grita, !luna, luna, ella es nuestra compañera! E