Un vínculo irrompible.
La bella loba Angya, aunque no había sufrido heridas físicas, se había aterrado tanto por estar a punto de ser atacada y comida por el puma que perdió el conocimiento, y cuando volvió en si ella estaba tan aterrada que tuvieron que ponerle un suave sedante.
— Enfermera, mi prima y yo estábamos juntas en el bosque, ¿Dónde está ella? ¿Cómo está ella? Necesito saber. — La joven estaba preocupada y quería ponerse de pie para salir a buscar a Aria.
— Tengo entendido que la joven loba estuvo bastante delicada de una pierna, un puma la mordió y la hirió, pero afortunadamente ahora ya está bien. Cuando se sienta mejor podrá ir a verla.
— Está bien... Me tranquiliza que ella está bien.
— Debe permanecer tranquila, no se levante de la cama, iré a traer su cena, ya debe estar hambrienta.
— Si... Muchas gracias, aquí esperaré.
La enfermera abrió la puerta para ir por un platillo para la paciente, más justo en ese momento el Alfa Angelino se encontraba cerca, y a las cosas nasales