La cachorra Salvatore ya viene.
Era muy divertido de ver como los cachorros corrían de un lado para otro intentando patear la pelota.
Pero más divertido era ver cómo los agotados y desvelados Alfas intentaban seguirles el paso a sus lobeznos que estaban llenos de energías.
Habían hecho dos equipos, Lorenzo, Joshino y el Alfa Romano, contra Leo, Lionel y el rey Salvatore.
— !Pásame la pelota, papá, estoy libre! — El regordeto Lionel recibió el balón y corría con el para meter gol, pero el competitivo Lorenzo llegaba y le quitaba la pelota pero en una jugada agresiva que hizo caer al cachorro glotón.
Lionel se había raspado por todas partes y lloraba dolorido.
Leo al ver que su hermano estaba lastimado, se fue contra Lorenzo para decirle que había cometido falta.
— Eso es antideportivo, Lorenzo, te voy a dar duro porque tiraste a Lionel. — El cachorro empuñaba su manita. Estaba a punto de darle con ella a su primer hermano cuando su padre lo detuvo.
— Wow, wow, ¿Qué pasa aquí? Leo no le vas a peg