El rescate de los cachorros. No daremos más nuestra sangre.
Esa noche la diosa permitió a esas dos almas enamoradas sentirse durante toda la noche, la luna embarazada por fin pudo quedarse dormida, y el Alfa se quedó más tranquilo. Sabía que su reina era fuerte, más sin embargo esta vez la situación la estaba sobrepasando.
El estaba en terrenos peligrosos, eso era verdad, pero Alejandra se había quedado a cargo de los cachorros, ellos eran muy demandantes, eso y su embarazo, el cachorrito no nato también lo necesitaba. Podía imaginarse lo que era para ella lidiar con todo sola.
(...)
Tres semanas después de estar vigilando en todo momento, y tener infiltrados dentro de la manada, el lobo que investigaba daba un informe al rey.
— Escuche Alfa, nuestros hermanos están aterrorizados, los han amenazado con que sino están dispuestos a dejarse morder para alimentarse de su sangre, comenzarán a hacerlo con los cachorros.
— ¡Esos malditos, tienen a la manada sometida por culpa de ese imbécil de Jones! Necesito que vuelvas allá y que org